Quién planea convertirse en accionista de Intel
La administración del presidente estadounidense Donald Trump está en conversaciones para adquirir una participación del 10% en Intel Corp., según fuentes familiarizadas con las discusiones. Si el acuerdo se concreta, el gobierno podría convertirse en el mayor accionista de la empresa.
Se espera que los fondos del programa de apoyo a la industria de semiconductores de EE.UU. se utilicen para comprar la participación en Intel. Las fuentes señalan que las negociaciones se encuentran en una etapa temprana y se están considerando diversas opciones de financiación, desde la conversión de subvenciones ya asignadas hasta la atracción de nuevos fondos. Anteriormente, bajo la Ley Chips, Intel recibió aproximadamente 10.900 millones de dólares, lo que corresponde a roughly el 10% del valor de mercado de la empresa. Tras los informes de un posible acuerdo, las acciones de Intel subieron un 11% en 2 días—el mejor desempeño semanal desde febrero.
La inversión de SoftBank
La empresa japonesa de inversión y tecnología SoftBank también ha mostrado interés en Intel, invirtiendo 2.000 millones de dólares en el desarrollador estadounidense de chips. Según LSEG, SoftBank se convertirá en el sexto mayor accionista de la empresa. Las nuevas acciones se colocarán a un precio de 23 dólares cada una, lo que le dará a la compañía japonesa una participación de justo menos del 2%. Sin embargo, SoftBank no obtendrá un asiento en el consejo de administración ni está obligada a comprar productos de Intel.
El acuerdo con SoftBank tiene como objetivo fortalecer las inversiones conjuntas en tecnologías avanzadas e innovaciones en la industria estadounidense de semiconductores, como se señala en el comunicado de prensa de Intel.
Estas inversiones estratégicas reflejan nuestra confianza en que la producción y el suministro de semiconductores avanzados en Estados Unidos continuarán expandiéndose, con Intel desempeñando un papel crucial en esto.
Por qué la administración Trump necesitaba una participación en Intel
Intel es una de las principales empresas tecnológicas de Estados Unidos. Produce una amplia gama de chips: procesadores para servidores, chips de IA y soluciones de computación de alto rendimiento. Estos componentes se utilizan activamente en infraestructuras cloud y centros de datos, permitiendo el procesamiento de vastas cantidades de información. También son esenciales para sistemas financieros, proyectos espaciales y satelitales, y el análisis de datos en sectores críticos.
La empresa también juega un papel clave en la seguridad nacional de EE.UU., produciendo chips avanzados para sistemas de defensa e inteligencia. Perder el control sobre su producción podría conducir a una dependencia tecnológica de China o Taiwán. Esto socava la posición de liderazgo del país en la infraestructura IT global y las tecnologías de defensa, especialmente en el contexto de los aranceles de Donald Trump y la guerra comercial.

Intel ya ha comenzado la producción de chips modernos utilizando el proceso 18A en sus instalaciones de Arizona como parte del proyecto Eagle. La empresa también está en conversaciones con las autoridades sobre la construcción de otra planta en Ohio, y una posible participación estatal podría acelerar la creación de un gran centro de fabricación en ese estado.
Otra posible razón para invertir en Intel puede ser el deseo de las autoridades de controlar la situación de la empresa. Si los planes se materializan, el gobierno de EE.UU. se convertiría en el mayor accionista de Intel, lo que le permitiría influir en las decisiones estratégicas de la corporación. Una semana antes, el presidente de EE.UU., Donald Trump, pidió la renuncia inmediata del CEO de Intel, Lip-Bu Tan, expresando preocupación por sus vínculos con China. Sin embargo, después de una reunión en la Casa Blanca, la retórica se suavizó.
Cómo Intel se encontró al borde de la crisis
En 2024, la empresa reportó una pérdida de 18.800 millones de dólares—la mayor desde 1986. En el segundo trimestre de 2025, la situación no mejoró significativamente: los ingresos alcanzaron los 12.900 millones de dólares, prácticamente sin cambios respecto al mismo período del año anterior, pero la pérdida neta operativa aumentó a 2.900 millones de dólares en comparación con los 1.600 millones de un año antes.
La razón principal del declive financiero fue una caída del 20% en las ventas de procesadores para servidores Xeon en comparación con 2011 y de más del 80% en comparación con 2021. Junto con la disminución de las ventas, Intel se vio obligada a reducir los márgenes de sus productos, ya que los competidores, principalmente AMD, están lanzando soluciones más innovadoras.
