MANILA – Cuando los filipinos conmemoran el Día de la Independencia cada 12 de junio, el foco suele dirigirse hacia los revolucionarios de 1898, los héroes, conocidos y desconocidos, que lucharon por la libertad de la nación del dominio colonial.
Pero para más de 10 millones de filipinos en el extranjero, esta ocasión también sirve como un espejo que refleja sus luchas silenciosas y sacrificios.
A través de los continentes, los trabajadores filipinos en el extranjero (OFW), incluidos migrantes que quizás hayan adoptado otra ciudadanía, no solo celebran la historia, sino que la viven. A través de la resiliencia,