Por Muhammad Yuntri

Tras las elecciones presidenciales de 2024, el espacio público está lleno de ansiedad. No solo por la dinámica cargada de política, sino también por las señales de declive de la democracia y el estado de derecho en Indonesia.

En medio de este estancamiento y pesimismo, ha surgido una idea interesante e inusual: nombrar a Anies Baswedan como Primer Ministro. No se trata de derrocar a nadie, sino de salvar la dirección futura de la nación.

Crisis de Legitimidad

No se puede negar que las elecciones de 2024 dejaron heridas en la mayor parte de la sociedad, particularmente entre los seguidores de Anies. Perciben un proceso lleno de presuntas irregularidades, que van desde intervenciones de poder hasta manipulaciones de las reglas.

Aquí es donde reside la crisis de legitimidad. En derecho político, la legitimidad es el fundamento del poder legal. Cuando este fundamento es inestable, el Estado puede volverse inestable.

Por otro lado, se considera que Anies aún tiene un capital social y moral fuerte. Como exgobernador de Yakarta, fue conocido por su administración ordenada, su naturaleza comunicativa con el pueblo y sus políticas visionarias.

El exrector de la Universidad Paramadina podría ser la figura que traiga un «aire fresco» en medio del estancamiento gubernamental. No es de extrañar, entonces, que surjan esperanzas de que se le otorgue un rol ejecutivo, uno de los cuales es como Primer Ministro.

Pero, ¿acaso Indonesia no es un Estado presidencialista? Es cierto, Indonesia se rige por un sistema presidencial. Sin embargo, la historia registra que en tiempos de emergencia, Indonesia ha tenido un modelo de gobierno similar al parlamentarismo, como los gabinetes de Hatta y Sjahrir durante la era de Soekarno.

Esto significa que, históricamente, Indonesia ha sido flexible para componer sistemas de gobierno. Por supuesto, con la base legal adecuada. En el contexto actual, esto se puede hacer constitucionalmente: el presidente Prabowo emite un Reglamento Gubernamental en sustitución de la Ley (PERPPU), y luego la Cámara de Representantes (DPR) lo aprueba.

Esto allana el camino para el establecimiento de un cargo legítimo de Primer Ministro. Prabowo permanece como jefe de Estado, mientras que Anies se convierte en jefe de gobierno, centrándose en manejar reformas burocráticas, económicas y legales.

Realista y Visionario

Muchos círculos en Indonesia piensan que estas dos figuras, Prabowo y Anies, no pueden trabajar juntas. Sin embargo, en el mundo político, la historia prueba que el compromiso por el interés del pueblo es el camino más racional.

En este escenario, Prabowo Subianto se centraría en llevar a cabo tareas simbólicas y alta diplomacia como Presidente de Indonesia, mientras que Anies Baswedan gestionaría el gobierno diario junto con el gabinete.

Imaginen si esta sinergia funciona: dos grandes poderes que una vez se opusieron, ahora se unen para acoger Indonesia Oro 2045. La gente verá que las élites políticas pueden madurar y priorizar la nación, no la ambición personal.

Esta idea también aborda otros temas complejos: se considera que Prabowo está actualmente atrapado en el escenario del legado político de Jokowi. Desde la presencia de Gibran como Vicepresidente, el dominio de los leales a Jokowi en el gabinete, hasta las políticas que favorecen a la oligarquía. Esto limita las maniobras de Prabowo.

Al compartir la carga del poder, Prabowo podría «respirar hondo» y concentrarse en mantener el símbolo del Estado. Puede liberarse de la trampa del antiguo escenario político, mientras Anies implementa reformas gubernamentales sin la presión de las élites pasadas.

Pero los desafíos no son solo domésticos. Presiones internacionales como la vacuna global, especialmente la vacuna contra la tuberculosis ofrecida por Bill Gates con una serie de compensaciones sospechosas de tener misiones ocultas desfavorables para el pueblo indonesio, y la agenda de inversión extranjera hasta la penetración de valores ideológicos no alineados con Pancasila.

Por lo tanto, se necesita un líder capaz de enfrentar estos desafíos con cabeza fría y una perspectiva global. Aquí, Anies, con su red internacional y credibilidad académica, puede jugar un papel significativo.

Los hechos en el terreno muestran que la gente aún lucha económicamente, pierde confianza en la ley y es pesimista sobre el futuro.

Confiando solo en la «política transaccional» o en que las élites mantengan la protección de sus posiciones, el problema se profundizará. Lo que la gente necesita es valor político para hacer avances, y una de las opciones más elegantes es: Prabowo como Presidente, Anies como Primer Ministro.

Este discurso puede sonar extremo, pero no es imposible. El derecho político siempre abre espacio para la innovación constitucional, siempre que la base sea legítima y el objetivo claro: salvar a la nación.

Si las élites en Senayan y el Palacio se atreven a pensar de forma innovadora, 2025 podría ser el punto de partida de una nueva historia: una Indonesia que no solo sea estable, sino también justa y visionaria.

El autor, Muhammad Yuntri, es analista político y legal