
El fracaso es un desafío, acéptalo – identifica lo que faltó y mejora.
Hasta que triunfes, abandona el sueño y la paz – no huyas del campo de batalla de la lucha.
Los cantos de victoria no surgen sin esfuerzo – quienes lo intentan nunca fracasan de verdad.
Se dice que donde hay voluntad, hay un camino. Si el espíritu es fuerte y existe un gran deseo de lograr algo, una persona puede conseguir cualquier cosa. No hay duda de que todos queremos cambiarnos de muchas maneras cada día, pero no es posible que cada vez que queremos lograr algo, lo consigamos. La razón principal es que nuestra transformación interior depende directamente de nuestra fuerza de voluntad y nuestra firmeza interna. Por lo tanto, una vez que decidimos hacer algunos cambios con una fuerte voluntad, podemos alcanzar fácilmente nuestros objetivos propuestos.
Por ejemplo, supongamos que una persona adicta decide firmemente en su mente que, a partir de este momento, no volverá a tocar el alcohol. Desde ese mismo instante, ocurren cambios hormonales naturales en su interior que facilitan esta transformación. Sin embargo, si su determinación es débil, tropezará repetidamente y, sintiéndose desanimado, abandonará rápidamente todos los esfuerzos por cambiar.
Desafíos en el camino del cambio: La verdadera prueba de la autoconfianza
Por lo tanto, es absolutamente esencial que nos mantengamos firmes como una roca contra cada tormenta y desafío que se nos presente en el camino de la autotransformación. Debemos prometernos que, a partir de ahora, no bailaremos como marionetas esclavizadas por hábitos negativos. La mayoría de nosotros experimentamos que, tan pronto como nos hacemos una promesa de cambio, inmediatamente comenzamos a enfrentar obstáculos, ¿verdad?
La causa principal es la mala costumbre de posponer la implementación de decisiones tomadas voluntariamente para nuestro propio bien. ¡Sí! Cuando repetidamente fallamos en cumplir las promesas que nos hicimos hace tiempo, nuestro nivel de confianza se vuelve muy bajo, y la negatividad se apodera tanto de nosotros que empezamos a pensar en el fracaso tan pronto como hacemos una promesa. Aceptamos la derrota incluso antes de dar un paso hacia el cambio.

La determinación firme para la autotransformación es la verdadera clave del éxito
Como resultado de las decepciones repetidas, empezamos a decirnos a nosotros mismos y a los demás que quizás este no era el momento adecuado para el cambio, ¡pero está bien! Pensaré en realizar mi cambio en un momento más propicio otra vez.