MANILA – El vicepresidente de la Cámara y líder del Partido de la Unidad Nacional (NUP), Ronaldo Puno, pidió convocar una Convención Constitucional (ConCon) para revisar exhaustivamente la Constitución de 1987, con el fin de corregir «ambigüedades persistentes» y deficiencias que debilitan sus bases legales y socavan su fiabilidad como ley suprema de la nación.
En un discurso de privilegio, el congresista del Primer Distrito de Antipolo afirmó que la ConCon es «el mecanismo más prudente, transparente y participativo» para aclarar disposiciones vagas e implementar reformas necesarias en la Carta Magna de 1987.
«Hoy sostengo ante esta honorable cámara que, aunque las disposiciones de nuestra constitución son nobles en aspiración, ciertos artículos están marcados por ambigüedad y deficiencia procedimental. Estas carencias no solo complican su interpretación, sino que obstruyen reformas, dificultan la gobernanza efectiva y erosionan la confianza pública», declaró.
Puno enfatizó que su propuesta «no es un llamado a descartar la Constitución, sino a completarla y corregirla».
Explicó que una ConCon permitiría al pueblo, a través de delegados electos, rectificar deficiencias textuales, resolver contradicciones, eliminar ambigüedades, institucionalizar reformas urgentes y garantizar que la ley fundamental responda a las necesidades de una sociedad dinámica y democrática.
Según Puno, este enfoque —a diferencia de una asamblea constituyente— asegura «unidad de propósito», evitando que los delegados se distraigan con labores legislativas, funciones de fiscalización o procesos de destitución.
«Se evitarían conflictos de interés, se garantizaría mayor representatividad y se reduciría el riesgo de oportunismo político», añadió.
Destacó varios casos donde ambigüedades y errores textuales han debilitado el estatus legal de la Carta Magna.
Como ejemplo reciente, mencionó la interpretación de la palabra «inmediatamente» en el Artículo XI, Sección 3(4) sobre juicio político, que pretendía ser una salvaguarda procesal contra demoras pero ha generado estancamiento y controversia.
Este caso demuestra cómo «una sola palabra ambigua puede convertirse en justificación para inacción legislativa, manipulación procedimental o, peor aún, la pérdida de rendición de cuentas», señaló.
Argumentó que tales ambigüedades constitucionales crean vacíos legales, desencadenan crisis políticas y parálisis institucional, socavan el estado de derecho, erosionan la confianza pública y dejan a los ciudadanos desilusionados con las instituciones que deberían servirles.
«Señor Presidente, no estoy aquí para prescribir soluciones a estos complejos dilemas legales. Pero sostengo con profunda convicción que el pueblo filipino merece una constitución que hable con claridad meridiana», afirmó Puno.
«Como ley suprema de la nación, la constitución debe expresarse con claridad y fuerza. Sus disposiciones deben ser comprensibles no solo para tribunales y legisladores, sino para los ciudadanos cuyos derechos consagra», concluyó.