Con el ascenso del viento otoñal y el resplandor de los fogones, «reunirse alrededor de la estufa para preparar té» se ha convertido en la tendencia de vida slow más popular. Con el aroma del té arremolinándose y las llamas titilando, muchos residentes instalan estufas de carbón y teteras de hierro en sus balcones, terrazas, e incluso en dormitorios y carpas, para experimentar el «calor de la vida cotidiana». Sin embargo, más allá del humo acogedor se esconde un peligro mortal e invisible: la intoxicación por monóxido de carbono.
El Departamento de Rescate de Bomberos recuerda a todos que «reunirse alrededor de la estufa para preparar té» no es adecuado para todos los lugares: la ventilación es la «primera regla de seguridad». Prioriza áreas exteriores bien ventiladas (como patios o terrazas). Si se opera en interiores (como en un balcón), asegúrate de que las ventanas y puertas permanezcan abiertas para mantener un flujo de aire continuo. Evita absolutamente el uso de estufas de carbón para el té en espacios cerrados con poca ventilación, como salones, dormitorios, carpas o vehículos, ya que esto puede fácilmente conducir a la acumulación de monóxido de carbono y a la intoxicación.
Extrema la precaución con el entorno de la estufa. Ya sea en interiores o exteriores, mantén una zona despejada de al menos un metro alrededor de la estufa, libre de todos los materiales inflamables, incluyendo, pero no limitándose a: manteles, toallas de papel, alfombras, cortinas, libros, decoraciones de flores secas, adornos de madera y líquidos a base de alcohol. Coloca la estufa sobre una base ignífuga y aislante del calor, como una losa de piedra, una bandeja metálica o un paño ignífugo especializado.
Utiliza el combustible y el equipo correctamente. Elige estufas profesionales y estructuralmente estables. Los combustibles recomendados incluyen carbón manufacturado de alta calidad (como el carbón de crisantemo). Evita estrictamente el uso de líquidos inflamables como alcohol o gasolina para encender o avivar el fuego de carbón, y nunca uses bombonas de gas licuado de petróleo o gas natural como fuentes de calor. Si usas un quemador de alcohol, manipula el combustible especializado con cuidado y nunca añadas combustible mientras esté encendido. Mantén también los materiales inflamables lejos de los quemadores de alcohol.
Mantén una supervisión constante durante la operación. Durante todo el proceso—encendiendo el carbón, preparando el té y apagando el fuego—un adulto consciente debe estar presente y atento. Nunca dejes la estufa desatendida o te marches a mitad del proceso. Asegúrate de que la estufa esté colocada sobre una superficie estable para evitar que se vuelque. Presta especial atención a los niños y mascotas, manteniéndolos alejados de la estufa caliente para evitar quemaduras o accidentes.
El paso de extinción del carbón es crítico. Después de su uso, no viertas agua directamente sobre el carbón caliente para evitar quemaduras por vapor o explosiones de carbón. El método correcto es: usa tenazas resistentes al fuego para transferir los trozos de carbón sin quemar a un contenedor metálico dedicado, muévelo a un área exterior segura y abierta, y permite que se enfríe por completo de forma natural (lo que puede tomar varias horas). Solo desecha el carbón una vez que hayas confirmado que todos los trozos están completamente fríos, sin calor residual.
La preparación para emergencias no debe pasarse por alto. Mantén equipos de emergencia como mantas ignífugas, extintores de polvo químico seco o un cubo de arena cerca del área de actividad, y familiarízate con su uso. Los hogares deben estar equipados con detectores de humo y de monóxido de carbono inspeccionados regularmente, especialmente cerca de las áreas para dormir. Además, conoce las rutas de evacuación de seguridad de tu ubicación.
Si las ventanas y puertas están cerradas, la estufa carece de chimenea o el equipo funciona mal, el monóxido de carbono puede acumularse, pudiendo causar mareos, pérdida del conocimiento o incluso situaciones potencialmente mortales. Mantén la ventilación ambiental dejando siempre una ventana abierta. Inspecciona el equipo de antemano para asegurarte de que las chimeneas estén despejadas y sin fugas. Si surgen síntomas de malestar, muévete inmediatamente a un área exterior ventilada y solicita asistencia médica. Evita el uso de electrodomésticos para prevenir chispas que puedan provocar incendios. Recuerda estos puntos esenciales de seguridad para mantener la prevención de incendios durante el otoño y el invierno.