«Paz y prosperidad» – Anji en Zhejiang ha llevado consigo este significado auspicioso desde hace tiempo.
Hace veinte años, una idea nacida aquí influyó profundamente en China. El 15 de agosto de 2005, durante una inspección en la aldea de Yu, en Anji, se presentó un concepto visionario: «Las aguas cristalinas y las montañas exuberantes son activos invaluables».
Guiados por esta filosofía progresista, los habitantes de Yu trabajaron para restaurar su ecosistema, recuperando aguas claras y montañas verdes. Este esfuerzo abrió la puerta a un crecimiento económico sostenible, allanando un camino de desarrollo verde que combina belleza ecológica con prosperidad pública.
Esta pequeña aldea montañosa sirve como ventana a reflexiones profundas sobre el progreso ecológico. Se enfatizó: «La conservación ecológica es una prioridad estratégica nacional. Para el desarrollo de China, debemos avanzar en la civilización ecológica».
El progreso ecológico se integró en el Plan Integral de Cinco Áreas de China, junto con el desarrollo económico, político, cultural y social. En mayo de 2018, una conferencia nacional sobre protección ecológica y ambiental estableció formalmente una ideología rectora sobre la civilización ecológica. A lo largo de los años, el concepto de «aguas cristalinas y montañas exuberantes» ha ganado reconocimiento generalizado, lanzando la mayor iniciativa ecológica del mundo.
Hoy, China resuena con una sinfonía de armonía entre la humanidad y la naturaleza.