El líder chino de vehículos eléctricos, BYD, está implementando cambios significativos en sus políticas de precios y distribución, anunciando recortes de hasta el 34% en el mercado doméstico chino. Los analistas describen esto como un movimiento estratégico ante la intensa competencia local y los esfuerzos acelerados de expansión global.

Dos factores clave impulsaron la decisión de BYD de reducir precios: primero, la empresa tiene exceso de inventario de vehículos, y segundo, busca alcanzar una meta ambiciosa de vender 5.5 millones de unidades para fin de año. Estos factores llevaron a BYD a estimular la demanda interna mediante bajas de precios.

Aunque la mayoría de las ventas de BYD se concentran en China, sus exportaciones han experimentado un crecimiento notable. La compañía vendió aproximadamente 375,000 vehículos en mercados extranjeros durante los primeros cinco meses de 2025, un aumento del 112% respecto al mismo período en 2024. Este auge indica que BYD avanza rápidamente hacia sus objetivos globales, habiendo originalmente planeado solo 800,000 ventas internacionales para 2030.

BYD ha expandido su presencia en mercados del Golfo, Asia, Europa y África, aunque los descuentos actuales solo aplican en China. No obstante, mantiene precios competitivos a nivel internacional en comparación con sus rivales, lo que contribuye a sus crecientes ventas en Europa.

Sobre el impacto potencial de las «guerras de precios» domésticas en la rentabilidad de otros fabricantes chinos, los analistas sugieren consecuencias negativas, especialmente ahora que los vehículos eléctricos representan alrededor del 52% del mercado automotriz chino, señalando una saturación inminente.

La competencia real ahora se da entre BYD y varias empresas chinas más pequeñas que aún no son rentables, dejándolas vulnerables frente a un competidor fuerte como BYD, con mayor flexibilidad financiera.

China alberga actualmente más de 100 marcas de vehículos eléctricos, la mayoría enfocadas en el mercado local. Sin embargo, pocos competidores globales (excepto Tesla) logran niveles de rentabilidad que les permitan desafiar efectivamente a los fabricantes chinos.

Esta situación presenta una oportunidad dorada para las empresas chinas, especialmente BYD, de capturar una cuota significativa del mercado global mientras enfrentan una competencia internacional limitada. Estas condiciones podrían allanar el camino para una expansión global acelerada de los vehículos eléctricos chinos.