Volver al colegio es un momento emocionante tanto para los niños como para sus padres. No se trata solo de reunir todos los útiles necesarios, sino también de cambiar del modo vacaciones al modo estudio.
¿Por qué cuesta tanto volver de las vacaciones?

Porque las vacaciones significan libertad, mientras que el colegio significa rutina y estructura, y esta estructura no siempre coincide con la personalidad del estudiante. En verano, un niño es solo un niño: tiene derecho a jugar, divertirse, acostarse tarde y quedar con amigos tanto como quiera. Pero septiembre significa organizarse, abrocharse ese último botón de la camisa y convertirse en estudiante durante los próximos nueve meses.
Las vacaciones son una fiesta (claro, si el verano fue movido), mientras que el colegio es más una rutina útil. ¡Incluso a nosotros los adultos nos cuesta mantener una rutina durante mucho tiempo. ¿Qué podemos decir de los niños!
¿Por qué el 1 de septiembre es estresante para los padres?
Aquí hay varios factores. Primero, para la propia generación de los padres, el colegio —el soviético y el postsoviético— a menudo fue una experiencia traumática, por lo que todo lo relacionado con el colegio está teñido inherentemente de ansiedad.
En segundo lugar, el colegio es una sociedad donde la evaluación y la clasificación son la norma. Los padres no pueden evitar preocuparse y sentirse inseguros: ¿Soy un buen padre? ¿Es mi hijo listo, decente, lo suficientemente exitoso? ¿Cómo se compara con los demás? Y todos sienten esta ansiedad.
Si el niño está bien adaptado y tiene éxito académico, los padres se preocupan por cómo desarrollarlo más. Si al niño le cuesta estudiar o relacionarse en clase, se preocupan por no poder influir en la situación.
¿Es útil estudiar durante las vacaciones?
Estoy en contra de estudiar durante las vacaciones. Simplemente no es justo: después de todo, los padres mismos no quieren trabajar en su tiempo libre. ¿Por qué obligar a los niños? No hace falta repasar lo del año pasado; en la mayoría de los colegios, el primer mes se dedica al repaso.
Sí, hay excepciones: por ejemplo, si la nota final fue muy mala, por debajo del aprobado, o si el niño se cambia de colegio. Entonces, por acuerdo mutuo, se puede planificar estudiar en vacaciones. Es muy importante que los padres sigan siendo amorosos y cercanos, que no se conviertan en una autoridad controladora adicional como el colegio.
Cómo funciona en nuestro colegio: si vemos que un estudiante tiene dificultades en, digamos, matemáticas, podemos acordar con el estudiante y su familia que durante un período de estudio específico, se centrará en algunos temas concretos.
1. Las tres partes deben estar de acuerdo: el colegio, el estudiante y los padres. De lo contrario, se convierte en una obligación, no en un acuerdo.
2. Tiene que haber un objetivo concreto para estudiar en vacaciones, acordado con el estudiante. La ansiedad de los padres o el deseo de quedar bien ante el tutor no es un objetivo. Pero mejorar una nota suspensa es una meta clara por la que vale la pena esforzarse.
3. Es importante que el estudio ocupe una parte específica y pequeña de las vacaciones, por ejemplo, tres semanas en julio. Luego, el resto del tiempo el niño puede usar a su gusto.
¿Cómo ayudar a un niño a prepararse para el curso escolar?
Para ayudar a un niño a volver con calma a la rutina escolar, hay que prepararlo para ello con tranquilidad. Es importante que los padres reserven la segunda mitad de agosto para un regreso gradual a la rutina. Reintroducir poco a poco las mañanas, comprar la ropa y los útiles nuevos con antelación. E involucrar al niño en estas tareas: que elegir cuadernos y bolígrafos bonitos haga más agradable el final de las vacaciones.
El secreto del éxito es la calma y el bienestar de los padres. En lugar de agobiarse y preocuparse, intenta respirar hondo y hablar con tu hijo: ¿Cómo quieres que sea este año? ¿Con qué quieres llenarlo? ¿Cómo quieres sentirte durante él?
Qué NO hacer:
— Ignorar la rutina hasta el último minuto, diciendo: «Deja que el peque descanse un poco más»;
— Volver de vacaciones justo antes del 1 de septiembre y entrar en pánico por la mañana porque no hay nada preparado;
— Dejar las compras para el último momento. Cuanto más se acerque septiembre, más largas serán las colas y más…