MANILA – El Departamento de Asuntos Exteriores (DFA) inició el 2025 con buen pie, cerrando un año bisiesto marcado por avances diplomáticos que le permitieron navegar hábilmente los complejos cambios en la geopolítica regional mientras seguía promoviendo el interés nacional.

Tras arduas negociaciones, Filipinas logró en julio un «arreglo provisional» sobre sus misiones de rotación y reabastecimiento en el Bajío de Ayungin.

Este fue el primer acuerdo formal entre Filipinas y China sobre el Mar de Filipinas Occidental, un logro alcanzado semanas después del tenso enfrentamiento del 17 de junio entre la Guardia Costera china y embarcaciones filipinas que llevaban suministros a las tropas estacionadas en el BRP Sierra Madre.

El enfrentamiento, el más violento en años, dejó un soldado filipino herido y graves daños a las embarcaciones, provocando indignación pública y condena internacional.

Para el DFA, este «arreglo provisional» y otras iniciativas diplomáticas reflejan el compromiso del gobierno de Marcos con un enfoque pacífico para defender los intereses filipinos en el Mar de Filipinas Occidental.

Como parte de su promoción de un orden basado en normas, Filipinas presentó en junio ante la ONU una reclamación formal sobre una plataforma continental extendida (ECS) en la región de Palawan Occidental.

En su Discurso sobre el Estado de la Nación, el presidente Ferdinand R. Marcos Jr. reiteró que el gobierno seguirá defendiendo sus derechos en esas aguas ricas en recursos, buscando «formas de reducir tensiones sin comprometer la posición filipina».

Basado en su política exterior independiente, el Secretario Enrique Manalo afirmó que el país seguirá optando por «la diplomacia y el Estado de derecho para abordar desafíos de seguridad nacional».

«El pilar de nuestra política exterior es fortalecer un orden abierto, inclusivo y basado en normas, fundamentado en la igualdad soberana de los estados y gobernado por el derecho internacional», declaró en un evento reciente con el cuerpo diplomático.

«Como ha señalado el presidente Marcos, un orden basado en normas garantiza acceso justo a los bienes comunes globales, especialmente los océanos. Su predictibilidad beneficia a todas las naciones», añadió.

Un año productivo

2024 fue un año destacado para la diplomacia filipina, con avances en relaciones tanto con aliados tradicionales como nuevos socios.

El DFA inició el año con compromisos en África, incluida la participación de Manalo en la 19ª Cumbre del Movimiento de Países No Alineados en Kampala, Uganda, y 20 reuniones bilaterales con socios africanos.

En meses posteriores, hubo encuentros de alto nivel con Kazajistán, Lituania, Mongolia y Ucrania.

En la primera Cumbre Trilateral Filipinas-Japón-EE.UU. en abril, los tres países presentaron una visión conjunta que subraya la importancia de la responsabilidad colectiva en la región.

Filipinas y Corea del Sur elevaron sus relaciones a una Asociación Estratégica, y el 31 de diciembre de 2024 entró en vigor su tratado de libre comercio, que otorga acceso preferencial a 11,164 productos filipinos.

Manalo mantuvo más de 100 reuniones bilaterales con homólogos de Grecia, Brasil, la Santa Sede, Hungría, Singapur, Emiratos Árabes Unidos, India y otros.

«Estos encuentros han fortalecido la cooperación en temas regionales y globales, avanzando nuestros intereses nacionales», señaló.

«Ampliamos nuestra red de cooperación, incluyendo a socios en el Pacífico y Sudamérica. La cooperación Sur-Sur sigue siendo prioritaria», añadió.

Filipinas inauguró nuevas embajadas en Bogotá, Bucarest, Dublín y Helsinki, expandiendo su alcance diplomático.

«Esperamos abrir más embajadas y consulados para promover mejor nuestros intereses y servir a los filipinos en el exterior», dijo Manalo.

La protección de los filipinos en el exterior sigue siendo central para el DFA.

En países con conflictos, especialmente en Medio Oriente, el DFA repatrió a más de mil filipinos en situación de vulnerabilidad.

La transferencia de Mary Jane Veloso, una filipina condenada a muerte en Indonesia por tráfico humano, antes de Navidad demostró la eficacia de la diplomacia filipina.

Tras años de apelaciones, las gestiones culminaron en un «arreglo práctico» que permitió su regreso tras más de una década encarcelada. (PNA)