La Inteligencia Artificial Generativa está revolucionando la forma en que creamos contenido, desde textos e imágenes hasta código y música. Estas tecnologías, como los modelos de lenguaje grande (LLMs) y los modelos de difusión, aprenden de vastos conjuntos de datos para generar material nuevo y original.

Sin embargo, este poder conlleva importantes consideraciones éticas. Los temas clave incluyen la propagación de desinformación, la creación de deepfakes convincentes, los sesgos presentes en los datos de entrenamiento, la propiedad intelectual del contenido generado y el impacto potencial en los empleos creativos. Abordar estos desafíos requiere un esfuerzo conjunto entre desarrolladores, legisladores y la sociedad para garantizar un desarrollo y uso responsables de la IA.