Investigadores han demostrado con éxito un nuevo método de almacenamiento de energía que podría revolucionar la industria. La tecnología promete una eficiencia significativamente mayor y costes más bajos en comparación con las soluciones actuales.

La innovación principal consiste en un nuevo material compuesto que estabiliza la producción de energía. Las pruebas iniciales han mostrado resultados prometedores en diversas condiciones.

Los expertos sugieren que la adopción generalizada podría comenzar en la próxima década, pendiente de la finalización exitosa de los estudios de seguridad e impacto ambiental. La siguiente fase de la investigación se centrará en la escalabilidad de la fabricación.