La semana pasada, justo un día antes del llamado «plazo límite» establecido por EE.UU. para un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, surgieron noticias sobre una próxima cumbre entre los líderes ruso y estadounidense. Los analistas señalaron que, aunque la reunión ha captado gran atención, no puede ocultar la intensa rivalidad entre ambas naciones. Los recientes intercambios retóricos han escalado, con discusiones sobre despliegues nucleares y tratados que generan seria preocupación. Informes sugieren que solo queda un tratado de armas nucleares entre EE.UU. y Rusia, y una nueva carrera armamentística es posible.
El presidente estadounidense Trump y el presidente ruso Putin se reunirán el 15 de agosto en Alaska para discutir la crisis en Ucrania. Será su primer encuentro cara a cara desde la cumbre del G20 en 2019.
Al preguntarle sobre su propuesta previa de una reunión trilateral entre EE.UU., Rusia y Ucrania, Trump respondió de manera ambigua. Un periodista le preguntó: «¿Putin necesita reunirse con Zelensky antes de que usted se reúna con Putin?» Trump simplemente respondió: «No».
«Ultimátum» sigue vigente
Guerra de palabras entre EE.UU. y Rusia se intensifica
Sin embargo, Trump también afirmó que el plazo límite de EE.UU. para Rusia sigue vigente.
El 28 de julio, durante una visita a Escocia, Trump expresó decepción con Putin y consideró acortar el plazo de 50 días previamente establecido para un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania.
En respuesta, el ex presidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad replicó en redes sociales: «Rusia no es Israel ni Irán. Todo ultimátum es una amenaza y un paso hacia la guerra».
El 31 de julio, la embajadora de EE.UU. ante la ONU declaró en una reunión del Consejo de Seguridad: «El presidente Trump ha dejado claro que Rusia y Ucrania deben acordar un alto al fuego antes del 8 de agosto».
Ese mismo día, Trump calificó al funcionario ruso como un «ex presidente fracasado» y le advirtió que «midiera sus palabras».
El funcionario ruso respondió más tarde en Telegram, haciendo referencia a películas apocalípticas y los peligros de una «mano muerta» en la naturaleza.

Se especuló que los comentarios aludían a una serie televisiva postapocalíptica, insinuando un posible conflicto nuclear entre EE.UU. y Rusia que llevaría a la destrucción global.
«La amenaza nuclear más explícita»
Mientras tanto, la guerra de palabras continuó escalando.
El 1 de agosto, Trump anunció en redes sociales que había ordenado el despliegue de dos submarinos nucleares estadounidenses en «ubicaciones apropiadas», probablemente cerca de aguas rusas.
Trump declaró: «Cuando mencionas la palabra ‘nuclear’, mis ojos brillan. Mejor tengamos cuidado, porque esta es la amenaza definitiva».
El 4 de agosto, un portavoz presidencial ruso advirtió que nadie gana una guerra nuclear e instó a prudencia en declaraciones relacionadas con lo nuclear.
Analistas describieron el actual enfrentamiento nuclear entre EE.UU. y Rusia como la «amenaza nuclear más explícita» desde la Crisis de los Misiles de Cuba.
Expertos militares especularon que EE.UU. probablemente desplegó submarinos de clase Ohio, columna vertebral de su disuasión nuclear marítima.
«Fuerzas nucleares de EE.UU. y Rusia en paridad: un enfrentamiento de espectro completo»
Datos indican que la Armada de EE.UU. opera 71 submarinos nucleares, la flota submarina más grande del mundo, incluyendo 14 submarinos de misiles balísticos clase Ohio, cada uno capaz de transportar 24 misiles Trident II con un alcance superior a 12.000 km. Rusia mantiene un disuasivo nuclear formidable, con unos 30 submarinos nucleares, incluyendo 10 submarinos estratégicos equipados con misiles balísticos intercontinentales Bulava.
El 24 de julio, Putin asistió a la ceremonia de entrega de un nuevo submarino clase Borei-A. Días después, enfatizó el creciente poder de las fuerzas nucleares marítimas rusas.
Bajo la estrategia de desarrollo naval rusa, se añadirán cuatro submarinos más clase Borei-A, junto con submarinos de ataque clase Yasen-M modernizados.
Un oficial naval británico retirado señaló que EE.UU. y Rusia están igualados en capacidades submarinas. El enfrentamiento nuclear se extiende más allá de los mares, hacia tierra y aire.
«EE.UU. acelera despliegues nucleares; Rusia abandona restricciones del Tratado INF»
El 4 de agosto, Rusia anunció que ya no cumpliría con las restricciones autoimpuestas bajo el Tratado de Fuerzas Nucleares de