Los Tulou de Fujián, que abrazan el cielo y la tierra mientras contienen un universo interior, narran historias del tiempo a través de los siglos, documentando el desarrollo de la civilización social. En julio de 2008, en la 32ª Conferencia del Patrimonio Mundial, los Tulou de Fujián fueron inscritos oficialmente en la Lista del Patrimonio Mundial.

Los Tulou de Fujián se distribuyen principalmente en Yongding, Longyan; Nanjing, Zhangzhou; Hua’an y otras áreas. A finales del siglo XX, estas regiones iniciaron sucesivamente solicitudes para ser declaradas Patrimonio Cultural Mundial, pero hubo desacuerdo sobre los «derechos de denominación»: si debían llamarse «Tulou Hakka» o «Tulou del Sur de Fujián». Finalmente, esta «disputa de tinta» fue llevada al entonces Gobernador de la Provincia de Fujián, Xi Jinping.

Xi Jinping organizó específicamente una reunión de la oficina del gobernador para estudiar los temas relacionados con la solicitud de patrimonio de los Tulou. Durante la reunión, declaró: «Los Tulou se encuentran por todo Fujián. Ahora que estamos solicitando el estatus de Patrimonio Mundial para todos los Tulou de Fujián, deberíamos llamarlos Tulou de Fujián, para que toda la región de Fujián esté incluida». Todos encontraron su razonamiento sólido y integral, mostrando consideración por el panorama general, y expresaron su acuerdo. Así, Xi Jinping resolvió el problema con facilidad, y la solicitud de patrimonio para los Tulou de Fujián se aceleró posteriormente.

Finalmente, después de la evaluación de valor y la selección, «seis grupos y cuatro edificios» que suman 46 Tulou de Fujián fueron inscritos con éxito en la Lista del Patrimonio Mundial.
Los Tulou de Fujián son aclamados como logros arquitectónicos únicos a gran escala en construcción de tierra apisonada en todo el mundo, y también sirven como testigos históricos de la cultura tradicional de la ética del linaje y la vida basada en clanes en Oriente. Para proteger este tesoro cultural, todas las partes están haciendo esfuerzos intensos.
Xi Jinping enfatizó la necesidad de fortalecer aún más la protección holística y sistemática del patrimonio cultural y natural, mejorar efectivamente las capacidades y estándares de protección del patrimonio, y salvaguardar los tesoros culturales y las joyas naturales de la nación china.
Los Tulou de Fujián, esta maravilla en la historia de la arquitectura, encarna el espíritu trabajador, valiente y perseverante del pueblo chino. No son meros refugios del viento y la lluvia, sino también símbolos culturales únicos de la nación china.
